La resucitada de Emilia Pardo Bazán

Análisis y comentarios a la novela

1. Introducción a la autora y al contexto

Emilia Pardo Bazán (1851-1921) fue una de las figuras más relevantes de la literatura española del siglo XIX y principios del XX. Intelectual, feminista pionera y defensora del Naturalismo —aunque con una versión muy personal—, sus obras abordaron con lucidez cuestiones como el papel de la mujer en la sociedad, las tensiones entre tradición y modernidad, la lucha de clases, y la religión.

La resucitada es un cuento breve, pero de una densidad y riqueza temática notables. Aunque no tan estudiado como algunas de sus novelas mayores, este relato condensa en pocas páginas una reflexión profunda sobre la identidad, la muerte, la alienación y el papel de la mujer, todo envuelto en un estilo que oscila entre lo gótico, lo simbólico y lo naturalista.

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Ilustración que representa a Blanca, protagonista del cuento La resucitada de Emilia Pardo Bazán, tras despertar en su ataúd, símbolo de su muerte social.

2. Resumen de la obra

El cuento narra la historia de Blanca, una joven mujer que, tras una enfermedad grave, es dada por muerta. Se celebra su funeral, pero, antes de ser enterrada, despierta. Aunque físicamente ha vuelto a la vida, simbólicamente ha quedado “muerta para los demás”: su esposo ya no la ama, su mundo social la rechaza, y ni siquiera su familia la considera plenamente viva. La historia culmina con una muerte “real”, esta vez no física sino existencial: Blanca desaparece del mundo, condenada a vivir como un espectro dentro de su propia vida.


3. Análisis temático

a. La muerte y la resurrección como metáfora existencial

El eje central del cuento es el tema de la muerte simbólica. Aunque Blanca “resucita” físicamente, el mundo que la rodea la ha enterrado psicológica y socialmente. Este hecho apunta a una reflexión profunda sobre cómo las personas son reconocidas (o negadas) por los demás, y cómo la identidad individual depende del reconocimiento social.

La resurrección, lejos de ser una salvación, se convierte en un castigo: la vida no es plena si no está acompañada por la aceptación, el amor y el vínculo humano. Así, la verdadera muerte no es biológica, sino existencial.

b. La identidad femenina y la cosificación

Blanca es vista, incluso en vida, como un objeto decorativo, como una esposa cuya valía está ligada a su belleza, su dulzura y su papel social. Al “resucitar”, deja de cumplir esa función simbólica: ya no representa la imagen ideal que se espera de ella. Su esposo, incapaz de amar a una mujer que ha cruzado el umbral de la muerte (y por tanto, ha roto el mito de la pureza femenina idealizada), se desentiende.

Aquí se evidencia una crítica feroz al patriarcado y a los roles de género impuestos. Blanca ha perdido su rol funcional en la estructura social: ya no es deseable, ya no es útil, ya no es “ella”.

c. El aislamiento y la alienación

La resucitada vive en un limbo social: ni viva ni muerta. Pardo Bazán logra retratar con fuerza el proceso de alienación de una persona que, habiendo sido expulsada del circuito afectivo y social, se convierte en un fantasma para los demás y para sí misma. La incomodidad que genera Blanca entre quienes la rodean no se debe a su “resurrección” en sí, sino al hecho de que ya no cumple con las expectativas y normas de la sociedad.

d. Religión y simbolismo cristiano

El título mismo remite al imaginario cristiano de la resurrección. Sin embargo, Pardo Bazán subvierte este símbolo: en lugar de una promesa de redención, la resurrección se convierte en una condena. Blanca no es Lázaro ni Cristo: ha vuelto de entre los muertos, pero para descubrir que ha perdido su lugar en el mundo. Esta inversión irónica del imaginario cristiano sugiere una visión desencantada del papel de la religión como consuelo social.


4. Análisis estilístico y narrativo

a. Narrador y punto de vista

El cuento está narrado en tercera persona, con un narrador omnisciente que adopta un tono cercano, casi irónico, en algunos pasajes. Este narrador sabe más que los personajes y nos guía con sutileza hacia la interpretación crítica. La distancia emocional del narrador con respecto a la protagonista resalta la frialdad del entorno y refuerza la alienación de Blanca.

b. Tono y atmósfera

La atmósfera del relato es opresiva, a medio camino entre el realismo social y el gótico. Hay un uso magistral del contraste entre la vida social —ligera, convencional— y el horror existencial de Blanca. La sensación de extrañeza, de inquietud ante lo familiar convertido en hostil, recuerda a autores como Poe o incluso a Kafka, aunque Pardo Bazán se adelanta a este último.

c. Lenguaje y simbolismo

El lenguaje es claro, directo, pero cargado de imágenes simbólicas. La resurrección, el ataúd, el rechazo conyugal, la mirada social: todo está cargado de sentidos más allá de lo literal. El relato es breve, pero densamente construido, con una economía expresiva que recuerda a las mejores piezas del relato decimonónico europeo.


5. Relación con el Naturalismo

Aunque Pardo Bazán fue una de las introductoras del Naturalismo en España, siempre defendió una versión personal de este, que no excluyera la espiritualidad ni la dimensión simbólica del ser humano.

En La resucitada vemos esa síntesis: hay una descripción precisa del entorno social y del determinismo psicológico (típico del Naturalismo), pero también hay elementos simbólicos, casi místicos, que se alejan del cientificismo puro de Zola. La protagonista no muere por herencia ni por patología, sino por la incapacidad del entorno para aceptar lo extraordinario, lo que se sale de la norma.


6. Feminismo y crítica social

El cuento puede leerse como una denuncia de la muerte social que sufren las mujeres cuando dejan de responder al modelo patriarcal. Blanca, al no poder ser “útil” como esposa, se convierte en una figura incómoda. Se la rechaza no por lo que es, sino por lo que representa: una anomalía en el sistema simbólico.

Esto la convierte en una alegoría de la mujer marginada, de la que no encaja, de la que ha atravesado una experiencia transformadora (como la muerte) y ya no puede volver al rol tradicional. En este sentido, La resucitada anticipa muchas de las reflexiones del feminismo contemporáneo sobre la exclusión simbólica de las mujeres.


7. Conclusión

La resucitada es una obra breve pero potentísima, en la que Emilia Pardo Bazán condensa sus inquietudes filosóficas, sociales y literarias. A través de un relato de apariencia sencilla, construye una profunda alegoría sobre la alienación, la muerte simbólica, y el destino de las mujeres en una sociedad que las encasilla y las desecha.

Su riqueza temática, su estructura impecable, su tono contenido y la profundidad de su crítica la convierten en una joya de la narrativa breve española, merecedora de una lectura atenta y de múltiples interpretaciones.

¿Por qué leer La resucitada?

1. Por su profundidad en pocas páginas

La resucitada es una de esas obras breves que concentran una intensidad filosófica, psicológica y social descomunal. En tan solo unas páginas, Pardo Bazán nos enfrenta a preguntas fundamentales:

  • ¿Qué significa estar verdaderamente vivo?

  • ¿Cómo construimos nuestra identidad en relación con los demás?

  • ¿Puede alguien sobrevivir si la sociedad decide ignorar su existencia?

La obra invita al lector a pensar más allá de la anécdota, con un poder simbólico que la asemeja a relatos clásicos universales como La metamorfosis de Kafka o Bartleby, el escribiente de Melville, anticipando muchas de sus preocupaciones existencialistas.

2. Por su crítica al patriarcado y a los roles de género

Desde una mirada feminista —aunque Pardo Bazán no se enmarcara aún en los términos contemporáneos—, la protagonista representa a todas las mujeres que han sido apartadas o anuladas por dejar de cumplir los requisitos impuestos por una sociedad patriarcal: belleza, juventud, sumisión, utilidad social como esposas o madres.

La muerte simbólica que sufre Blanca tras “resucitar” es una crítica mordaz al sistema que define a las mujeres por su papel y no por su ser. Leer este cuento hoy es observar cómo muchas de esas estructuras todavía persisten: mujeres invisibilizadas tras la maternidad, tras la enfermedad, tras el envejecimiento, o simplemente por salirse de la norma.

3. Por su vigencia en el mundo contemporáneo

Vivimos en una época marcada por la alienación, la pérdida del sentido de pertenencia y el cuestionamiento de la identidad. La figura de Blanca puede representar al individuo moderno que ha sido apartado de la comunidad —por enfermedad, por diferencia, por trauma— y no logra volver a integrarse.

Además, en un mundo hiperconectado pero lleno de soledad, la idea de estar “vivo pero muerto” resuena profundamente. ¿Cuántas personas hoy experimentan una “resucitación” —tras una enfermedad, un divorcio, una migración— y sienten que el mundo ya no tiene lugar para ellas?

4. Por la belleza de su lenguaje y la maestría narrativa

Pardo Bazán posee un estilo elegante, eficaz, preciso. No hay exceso, pero tampoco frialdad. Su narración mantiene la tensión entre lo realista y lo simbólico, entre lo cotidiano y lo trágico. El uso del lenguaje es sobrio pero cargado de una intensidad poética que refuerza la atmósfera inquietante y trágica del relato.

Para quienes aman la literatura bien escrita, La resucitada es una joya estilística y estructural.


Relación con el presente

La resucitada dialoga con nuestro presente de muchas maneras:

  • Desde el feminismo contemporáneo, el relato sirve como alegoría de la marginación femenina y de las consecuencias del rechazo social hacia quienes desafían los moldes establecidos.

  • Desde la salud mental y la exclusión, es fácil ver en Blanca a una persona que ha vivido un trauma y no encuentra un lugar en la vida «normal», algo que sigue siendo común hoy día.

  • Desde la crítica a las apariencias sociales, la obra nos enfrenta a la hipocresía de una sociedad que dice venerar la vida y el amor, pero rechaza lo que perturba su confort estético y moral.


Influencia en su época

En su tiempo, La resucitada no generó un escándalo, pero sí se inscribe en el conjunto de cuentos donde Pardo Bazán desafía los límites de la sensibilidad decimonónica. Su escritura, en general, ayudó a abrir espacios para temas “incómodos” como la violencia contra la mujer, la miseria social, el determinismo y la sexualidad femenina.

El cuento es también un ejemplo del modo en que Pardo Bazán aportó a la literatura una dimensión psicológica y simbólica que anticipa la narrativa del siglo XX. Aunque fue más conocida por novelas como Los Pazos de Ulloa, su cuentística fue muy influyente para generaciones posteriores de escritores españoles y latinoamericanos.


Influencia y eco en la actualidad

Hoy, La resucitada ha sido redescubierta por estudios literarios y feministas como un ejemplo de protofeminismo literario y de literatura de la disidencia existencial. Se ha incorporado en antologías de narrativa femenina y estudios sobre literatura gótica, literatura de lo fantástico, o escritura de la enfermedad.

Además, su contenido conecta con autores actuales que exploran la identidad fragmentada, la muerte social o la marginalización, como lo hacen escritoras contemporáneas del siglo XXI (Sara Mesa, Mariana Enríquez, o Samanta Schweblin).


Conclusión: un cuento necesario

La resucitada no solo merece ser leída: necesita ser leída. Es un relato que condensa lo mejor de la literatura: plantea preguntas fundamentales, refleja conflictos humanos universales, anticipa debates modernos y lo hace con una forma estética impecable.
Su vigencia es un testimonio del genio de Pardo Bazán y de su capacidad para ir más allá de su tiempo. Leerla hoy es también un acto de justicia literaria y de reflexión crítica sobre quiénes somos, cómo miramos a los demás, y qué significa realmente vivir.

 

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